Filtros de agua para cultivos hidropónicos y el riego de plantas y jardines

LAS ORQUIDEAS
Publicado 2 diciembre, 2019

La complejidad, la belleza y la increíble diversidad de las orquídeas no tienen rival en el mundo vegetal. Estas preciosidades exóticas comprenden la familia más grande de plantas con flor en la tierra, con más de 30.000 especies diferentes y al menos, 200.000 híbridos.

Dentro de esta basta cantidad de variedades e híbridos de orquídeas, existen muchas que son perfectamente felices creciendo en el hueco de una ventana soleada o bajo luces artificiales.

Para obtener mayores posibilidades de éxito, elegir una de las variedades menos exigentes que se adapte al tipo de condiciones de crecimiento que podamos proporcionar. Escoger la planta más madura que tenga el lugar (las plantas jóvenes son mucho más difíciles de complacer) y, si es posible, escoger una en flor para saber por lo que nos vamos a esforzar.

HABITAT NATIVO

Las orquídeas se pueden clasificar por su hábitat nativo, lo que da una indicación de la temperatura, la humedad y los niveles de luz que prefieren. Las orquídeas se pueden encontrar en los trópicos ecuatoriales, la tundra ártica y en cualquier lugar intermedio. La razón de esta diversidad radica en la increíble capacidad para adaptarse a su entorno.

Con tantas variedades de orquídeas diferentes que prosperan en tantas condiciones de cultivo distintas, es relativamente fácil encontrar una orquídea que se adapte bien a las condiciones que tenemos.

TROPICOS

La mayoría de las orquídeas cultivadas son nativas de los trópicos. En su hábitat natural, se adhieren a la corteza de los árboles o la superficie de otras plantas. Sus raíces gruesas y blancas están especialmente adaptadas para absorber la humedad y los nutrientes disueltos. Debido a que estas orquídeas tropicales generalmente crecen en lugares altos en los árboles, en lugar de en el suelo del bosque, están acostumbradas a una buena circulación de aire y mucha luz. Prefieren un día de 12 horas durante todo el año y requieren de una alta intensidad de luz, casi la misma que en condiciones veraniegas en las regiones templadas.

Las orquídeas nativas de los trópicos húmedos, como phalaenopsis y paphiopedilum, prefieren temperaturas diurnas de 20°C a 30°C, con 80 a 90 por ciento de humedad. Son más felices en una ventana situada al este o al sureste donde la luz no es demasiado intensa.

CLIMAS CALIDOS

Las orquídeas de clima cálido, incluidos los cymbidiums y los dendrobiums, están acostumbrados a una temperatura promedio de 13°C a 21°C, un suministro constante de humedad y una buena circulación de aire. Generalmente son felices en una ventana orientada al sur, aunque pueden necesitar un poco de sombra durante el verano.

Las cattleyas y algunos oncidios crecen donde los días son secos y relativamente frescos. Son capaces de tolerar una estación seca larga con temperaturas de 25°C o 32°C, seguida de una estación lluviosa distinta. Su necesidad de luz es elevada, por lo que deben colocarse en una ventana soleada orientada al sur.

GRANDES ALTITUDES

Las orquídeas de grandes altitudes, como la masdevallia y el epidendrum, crecen en los bosques nublados donde las temperaturas promedio son de 15°C a 20°C y la humedad es muy alta. Estas orquídeas prefieren luz filtrada, que no sea demasiado intensa.

HABITOS DE CRECIMIENTO

Las orquídeas generalmente se agrupan en dos amplias categorías que caracterizan sus hábitos de crecimiento: monopodiales y simpodiales.

Las orquídeas monopodiales tienen un solo tallo vertical, con hojas dispuestas entre sí a lo largo del tallo de manera opuesta. El tallo de la flor aparece desde la base de las hojas superiores. Las orquídeas con este hábito de crecimiento incluyen géneros como la phalaenopsis, las vandas y ascocentrum.

Las orquídeas simpodiales son las más comunes. La mayoría de estas orquídeas presentan pseudo-bulbos que funcionan como reservas de agua y nutrientes. La planta sostiene los pseudo-bulbos casi verticalmente y el crecimiento y desarrollo posterior de nuevos tallos se produce horizontalmente, entre los pseudo-bulbos preexistentes. Cada nuevo pseudo-bulbo se origina en la base de los anteriores y, con su crecimiento, origina nuevas hojas y raíces. Algunos ejemplos son las de los géneros cattleya, cymbidium, oncidium y dendrobium.

ILUMINACION

Todas las orquídeas necesitan mucha luz para prosperar, pero sin embargo no soportan la luz directa del sol. La ubicación adecuada puede ser cerca de una ventana en la que reciba mucha luz, preferiblemente con alguna cortina o visillo. Para aquellas ventanas orientadas al sur o en el verano, que puede entrar sol directo, es necesario tamizar la luz mediante visillos, persianas o marquesinas.

Otra buena práctica puede ser dejarlas a la sombra de otras plantas de interior de tamaño mayor y que soporten el sol directo. Igualmente que el sol directo es perjudicial, la falta de iluminación es otro gran problema, que limitará el crecimiento y la floración de la planta.

Algunos síntomas de no disponer de la luz necesaria pueden ser un crecimiento de hojas largas, finas y amarillentas, que se caen con facilidad  y provoquen que la planta no florezca. Ante estos casos se aconseja utilizar iluminación artificial.

CALIDAD DEL AGUA DE RIEGO

La calidad del agua de riego en las orquídeas es muy importante ya que son extremadamente sensibles y delicadas. Un agua con un alto contenido en sales minerales bloqueará la capacidad de las raíces de poder absorber el alimento, lo que se conoce como un nutrient lookout.

Para evitar este problema deberemos utilizar un agua de calidad, libre de sales minerales, lo que nos va a llevar a descartar el uso de agua del grifo, a no ser que la hayamos tratado previamente con un sistema de ósmosis inversa. De este modo, además de eliminar el 100% de las sales minerales del agua también eliminaremos hasta el 99% del cloro.

EL RIEGO Y LA HUMEDAD

El riego y la humedad son dos factores clave para un correcto mantenimiento (y supervivencia) de nuestras orquídeas. Partiendo de la base que no todas las familias de orquídeas tienen las mismas necesidades, deberemos intentar averiguarlas antes para recrearlas en la medida de lo posible en la ubicación que elijamos.

Un riego inadecuado como puede ser el de regar en exceso, puede provocar que mate a las orquídeas, ya que sus raíces son muy sensibles y toleran mejor la falta que el exceso de riego. Además, como la mayoría proceden de climas tropicales y crecen encima de árboles, sin contacto directo de las raíces con el suelo, están acostumbradas a extraer el agua de la humedad del ambiente que las rodea.

Si queréis profundizar más acerca de todo el universo de las orquídeas, podéis visitar esta página donde encontraréis mucha más información de manera detallada y específica según el género, hábitat natural y hábitos.

 

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