Llega el otoño y damos la bienvenida a una nueva temporada de cultivo de interior. Es el momento de preparar nuestro espacio de cultivo y de repasar todos los accesorios imprescindibles para conseguir los mejores resultados. El primer accesorio que no debe faltar en la instalación es un sistema de Filtración u Osmosis Inversa, para obtener la mejor calidad del agua.
Así como la base para construir una casa estable son los cimientos, un agua de calidad, pura y limpia es la base de un buen crecimiento del cultivo. Un agua con una EC baja y sin cloro es la mejor manera de ayudar a nuestras plantas a crecer a su máximo potencial. Así como tenemos en cuenta los nutrientes o fertilizantes que vamos a utilizar, preparar el agua con la que vamos a regar el cultivo de interior también es importante a la hora de ponerlo en marcha.
Controlar la calidad del agua en el cultivo de interior
Y es que en el cultivo de interior podemos controlar las horas de luz, la temperatura o la humedad del espacio según las necesidades de nuestras plantas, así como controlar la calidad de agua con las que vamos a regar. Para ello no pueden faltar en nuestro espacio de cultivo varios accesorios indispensables: el medidor de EC (Electro Conductividad), con el que podremos medir la cantidad de sales disueltas en el agua (aunque no las cantidades exactas de cada una de estas sales) y un medidor de pH, muy importante para controlar los niveles de éste.
Estos accesorios de control y tratamiento del agua son de gran ayuda para el cultivo, ya que no todas las aguas son iguales. Dependiendo de la cantidad de sales minerales disueltas que tenga tu agua de grifo, tendremos un agua blanda (EC baja) o un agua dura (EC alta). Ésta última se caracteriza por tener una cantidad elevada de sales disueltas en el agua. Las cuales influirán directamente en la cantidad de nutrientes que necesitamos añadir al agua con la que regaremos.
Tengamos en cuenta que las plantas pueden llegar a admitir hasta un 1,4 o hasta 2,2 de EC, según su genética y fase del cultivo. Cuanto más elevada sea la EC del agua, menos nutrientes podremos añadir al cultivo. Aquí un ejemplo:
“Si el agua con la que regamos tiene una EC de 1,0 solamente podremos añadir nutrientes hasta 0,4 o 1,2 para alcanzar los niveles máximos. Partiendo con un agua pura de 0,1 o 0,2 o incluso 0,0 EC, podremos añadir a las plantas la cantidad exacta de nutrientes que necesitan”.
Con una EC elevada, el agua contiene elevados niveles de calcio, que provocará la acumulación de cal en las raíces, disminuyendo su capacidad de absorción.
Si regamos con agua dura y añadimos más nutrientes a nuestros abonos, podemos provocar un exceso de nutrientes, conocido como un «nutrient lockout», que influirá directamente en el crecimiento de las plantas.
Los sistemas de ósmosis inversa, eliminan hasta un 95% de las sales disueltas bajando la EC y consiguiendo así un agua pura. También eliminan metales pesados y el cloro en un 99%. Además conseguiremos un pH equilibrado, ya que el agua osmotizada tiene un pH de entre un 6 y 6,5.
Con un sistema de ósmosis inversa conseguirás el agua pura y de calidad que llevará al máximo tu cultivo de interior
Si por el contrario la calidad de agua que recibes en tu grifo no tiene una EC elevada, el cloro será nuestro peor enemigo ya que, como todos sabemos, es un químico que ataca directamente a las raíces, quemándolas, y mata a los microorganismos beneficiosos que viven en nuestros abonos.
Los Sistemas de Filtración son la solución para eliminar el cloro en un 99% y limpiar el agua de todos los sedimentos que ésta arrastra. Además también eliminaremos posibles Herbicidas, Pesticidas y Contaminantes Volátiles del agua.
En resumen, si estás preparando los accesorios imprescindibles para tu cultivo de interior, no puede faltar un sistema de tratamiento de agua. Junto con el medidor de EC y de pH, conseguirás la calidad de agua que necesitan tus plantas.