La rosa es una flor delicada, pero con el cuidado correcto y el riego adecuado, dará color y vida a tu jardín o balcón. Te proponemos algunos consejos para regar rosas y presumir de ellas.
El riego durante los primeros meses
Durante el primer año de plantado, la falta de agua es, en muchos casos, la causa de que un rosal fracase. Por eso el riego durante esta etapa es clave. Durante los primeros meses, las raíces todavía no son profundas, y necesitan absorber más agua.
Para saber cómo regar nuestro rosal de forma adecuada desde el principio, debemos tener en cuenta el tipo de suelo en el que vamos a plantar. Si por ejemplo se trata de un suelo arenoso, el rosal no retendrá el agua muy bien, y necesitará más frecuencia y cantidad de riego, especialmente al principio. Si por el contrario es un suelo arcilloso, aguantará durante más tiempo la humedad, y necesitará menos agua.
Regar las rosas según la época del año
Como sucede con la mayoría de plantas, durante las épocas de verano es importante hidratar bien el rosal. Con el calor y la sequía, las plantas necesitan más agua y por lo tanto, más frecuencia de riego. En las zonas de calor extremo, se recomienda regar el rosal una vez cada día. En las zonas de calor más moderado, es suficiente regarlo cada dos o tres días. Es importante hacerlo a primera hora de la mañana o al atardecer, pero nunca durante las horas de más calor y sol.
Durante el invierno, el rosal no tiene hojas y por lo tanto, no es necesario regarlo con frecuencia. Excepto en el caso de que todavía sea joven o lo hayas plantado en maceta. En este último caso, se recomienda regarlo con regularidad para que no se sequen las raíces.
Formas de regar rosas
¿Qué es mejor, usar una manguera o una regadera para regar rosas? El uso de ambos aparatos es correcto, y dependerá de tu comodidad y del espacio de jardín del que dispongas. Si utilizas la regadera, es aconsejable utilizarla con cuello en forma de alcachofa, ya que el agua no saldrá en un solo chorro. De esta forma evitarás erosionar la tierra de las raíces. En el caso de utilizar la manguera, es importante evitar un chorro de alta presión. En ambos casos es fundamental no mojar flores ni hojas, y aplicar el riego a pie de la planta. También debes procurar no encharcar nunca el rosal, porque pueden pudrirse las raíces. Las hojas amarillas y caídas son una señal de ello.
Para saber si necesita más agua, puedes ir tocando la tierra. Si está húmeda, el rosal tiene suficiente agua. Si por el contrario está seca, es señal de que necesita más riego.
Si además de estos consejos, proporcionas a tu rosal un agua de más calidad y limpia de cloro, garantizarás unas raíces más sanas. Para ello puedes hacer uso de los sistemas de filtración de agua, que eliminan el 99% de Cloro, Herbicidas, Pesticidas y Contaminantes Orgánicos Volátiles del agua. Así garantizarás a tu rosal y al resto de plantas de tu jardín el éxito que deseas, y de forma muy cómoda, ya que los filtros incluyen conectores para los grifos exteriores.