Las plantas, como los humanos, necesitan una alimentación equilibrada y adecuada a su fase de crecimiento. El calcio y el magnesio son dos de los nutrientes esenciales para las plantas, así como el fósforo, el hierro, el nitrógeno, el potasio y el manganeso, en las cantidades adecuadas. Las deficiencias de estos nutrientes en el cultivo pueden tener consecuencias severas en su crecimiento y nosotros obtener unos malos resultados.
Conocer algunos de los síntomas derivados de la carencia de nutrientes esenciales, nos ayudará a controlar mejor el crecimiento de nuestras plantas y asegurarnos de que tienen la cantidad de alimento que necesitan. No obstante, entre los nutrientes esenciales para las plantas, es importante distinguir entre los macro-nutrientes, absorbidos por las plantas en gran cantidad, y los micro-nutrientes, los cuales son necesarios para ellas sólo en pequeñas cantidades (en mayor cantidad pueden ser nocivos).
En un artículo anterior, os hablábamos de la importancia del calcio y el magnesio, por eso hoy nos centraremos en el resto de los nutrientes esenciales para las plantas, empezando por los macro-nutrientes, los cuales se necesitan en mayores cantidades.
¿Cuales son los nutrientes esenciales para nuestras plantas?
Fósforo
Es un nutriente esencial, ya que es clave en la transferencia de energía por toda la planta. El fósforo ayuda a construir las paredes de las células, el ADN, las proteínas y las enzimas. Las mayores concentraciones de fósforo están en las raíces, las puntas de crecimiento y el tejido vascular, es decir, en las partes en desarrollo de la planta.
En las plantas jóvenes, la presencia de fósforo es indispensable para su correcto crecimiento, ya que cuando más fósforo absorbe una planta es durante su primer cuarto de vida.
Cuando hay una falta de fósforo, la planta deja de crecer en altura y se frena el desarrollo de las ramas; además se vuelve de un color verde oscuro. Por último, si pasa tiempo sin corregirse los niveles de fósforo, pueden aparecer puntos de necrosis en las hojas más viejas y malformación de éstas.
Nitrógeno
Es uno de los nutrientes más esenciales que una planta necesita y una parte importante de proteínas, clorofila, vitaminas, hormonas y ADN. El Nitrógeno es un componente de las enzimas, por lo que desempeña un papel activo en el metabolismo de las plantas e influye positivamente en su crecimiento. Hojas más grandes, más cantidad ramas y un periodo vegetativo más prolongado, son algunos ejemplos de los efectos positivos del Nitrógeno en las plantas.
No obstante, una carencia de este nutriente tiene como consecuencia el efecto inverso. La deficiencia de nitrógeno retrasa la síntesis de la proteína, y la planta, para seguir satisfaciendo sus necesidades, rompe sus propias proteínas. Cuando esto sucede, hay un excedente de hidratos de carbono debido al desglose de proteínas, que provoca el color morado de los tallos de las hojas y del tallo de la planta.
Debido a la falta de nitrógeno, también se produce con el tiempo un desglose de clorofila, que convierte al color verde de las hojas en amarillo o en color verde blanquecino, hasta que finalmente se marchitan y caen.
Las raíces de las plantas también muestran síntomas por la falta de Nitrógeno. Si la falta de Nitrógeno se produce en una etapa temprana de crecimiento, la planta entera queda afectada y se queda pequeña. Debido a esto, los órganos de la planta no se forman correctamente, causando un crecimiento incompleto. En etapas más avanzadas, la planta es capaz de seguir desarrollándose a pesar de la falta de nitrógeno.
Potasio
El potasio se encuentra presente por toda la planta. Es uno de los elementos esenciales para transportar el agua por toda su estructura, así como para la apertura y el cierre de las estomas. Además, dota de fuerza y calidad a la planta.
Cuando hay una carencia de Potasio se produce una reducción de la vaporización. Si se reduce la vaporización, la temperatura de las hojas aumenta y las células se queman. Principalmente este proceso de quemadura se produce en los bordes de las hojas.
Cuando las puntas de las hojas muestran bordes grises, que después se tornan en color marrón orín, hasta retorcerse y secarse, el motivo es la carencia de potasio. Otro síntoma son las hojas que amarillean desde los bordes en dirección a los nervios de las hojas y aparecen puntos o manchas de tejido muerto de color marrón orín.
Un exceso de sal (sodio) en torno a las raíces puede ser una de las causas que provocan la carencia de Potasio en la planta, ya que las raíces se bloquean y no pueden absorber más nutrientes.
Nos centramos ahora en los micro-nutrientes. A pesar de ser absorbidos por la planta en menor cantidad, son también imprescindibles para su correcto desarrollo:
Hierro
El hierro es un nutriente muy común y presente en la tierra, pero en grandes cantidades puede ser tóxico para las plantas, por lo que es un micro-nutriente. Por otro lado, es muy difícil de absorber por las plantas, ya que generalmente se encuentra en el suelo como material insoluble, por lo que son pocos los suelos que disponen de hierro en las formas necesarias para las plantas.
La absorción del hierro depende en gran medida del pH. Normalmente las tierras ácidas tienen suficiente hierro en formas que pueden ser absorbidas por las plantas.
Hojas que amarillean de forma continuada, e incluso algunas que quedan blancas; necrosis en las hojas (tejidos muertos) y plantas que dejan de crecer, son síntomas de la carencia de hierro.
Manganeso
El manganeso se encuentra en altas concentraciones en las partes más activas de las plantas (meristemas) y en menor medida en las raíces y en los tallos. Es un oligoelemento esencial para las plantas que activa varias reacciones enzimáticas, como por ejemplo, la división del agua durante la fotosíntesis o la formación de membranas de células vegetales.
El manganeso es absorbido a través de las raíces de las plantas y se distribuye por toda la planta con dificultad, aunque más fácilmente que otros elementos como el hierro o el calcio, menos solubles.
La falta de manganeso en las plantas les provoca cambios fisiológicos: la producción de proteínas disminuye, reduciendo la capacidad de la planta para absorber nitratos. Cuando esto sucede, se retrasa el crecimiento de la planta, y aparecen síntomas en las hojas parecidos a los causados por la carencia de hierro o magnesio.
En el caso de falta de manganeso, las manchas amarillas aparecen entre los nervios laterales, y el resto de la superficie de la hoja mantiene su color verde original. No hay blanqueamiento. No debe confundirse con la falta de hierro, que provoca el amarilleamiento en toda la superficie de la hoja.
Un pH demasiado elevado puede ser una de las causas que provocan la carencia de manganeso. Esto es debido a que, con unos valores de pH elevados, el manganeso se precipita en dióxido de manganeso, que no es absorbible por la planta.
Osmosis inversa para evitar la carencia y el exceso de nutrientes
Existen en el mercado una amplia variedad de fertilizantes y de complementos nutritivos para ayudar a las plantas con una correcta alimentación: en formato abono, líquido o sólido. Añadiendo estos productos, proporcionamos a las plantas los nutrientes que necesitan para cada fase de desarrollo, y nos ahorramos los síntomas y problemas por falta de alimento anteriormente descritos.
Pero antes de añadirlos al agua con la que vamos a regar o al abono, es muy importante controlar la EC del agua (electro-conductividad). Así sabremos la cantidad de sales y minerales disueltas que ya contiene el agua de nuestro grifo. No obstante, solo midiendo la EC con un medidor, no podemos controlar la cantidad exacta de cada uno de los nutrientes que ya se encuentran en el agua. Por lo que si añadimos, por ejemplo, cantidades muy altas de calcio y el agua de riego ya contiene mucho calcio (agua dura), provocaremos un exceso de nutrientes. O si por el contrario el nivel de calcio en el agua es muy bajo (agua blanda), y añadimos poca cantidad de calcio, provocaremos una carencia de este elemento.
Si utilizamos agua de osmosis inversa, bajamos la EC hasta un 95% y conseguimos agua sin sales ni minerales añadidos. De esta manera, conseguimos el equilibrio perfecto entre el agua y el alimento exacto que queremos dar a nuestras plantas ¿Cómo? Sabemos que las plantas pueden llegar a admitir hasta un 1,4 o hasta 2,2 de EC, según su genética y fase del cultivo. Cuanto más elevada sea la EC del agua, menos nutrientes podremos añadir al cultivo. Por eso si empezamos con un agua pura de 0,1 o 0,2, podremos añadir a las plantas más nutrientes hasta alcanzar su máximo potencial, es decir, para conseguir mayor productividad y mejores resultados.
Nutrientes esenciales y agua ultra pura
Los cultivadores más exigentes prefieren regar con agua ultra pura (de 0,00 EC), para asegurarse de que los suplementos nutritivos que les dan a las plantas son exactamente los derivados de los productos que añaden, y no del agua. Para ello, utilizan el equipo de ósmosis inversa más des-ionizador Maxquarium 000ppm, que produce hasta 20L/h de agua ultra pura. Es un equipo diseñado también para la industria de los acuarios, donde se aseguran de que el agua que utilizan es lo más pura posible para mejorar la vida de los peces y algas.
GrowMax Water ofrece también el Filtro des-ionizador, accesorio disponible para todos los equipos de osmosis inversa cuando se quiere tener la seguridad de conseguir agua ultra pura, de 0,00 EC.
Ahora sólo tienen que añadir al agua los suplementos nutritivos que desean, sin preocuparse de controlar previamente la EC del agua.
En resumen, acompañar el uso de suplementos nutritivos con el tratamiento de agua osmotizada y ultra pura, nos ayudará a evitar problemas de cultivo y carencias nutritivas como las mencionadas a lo largo del artículo. Siempre asegurándonos de la cantidad correcta de nutrientes que necesita cada planta, según el tipo y su fase de cultivo, y controlando su desarrollo.
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