El pH, de sus siglas en inglés, es el potencial de Hidrógeno de un líquido o disolución. Su indicación viene dada por un valor numérico dentro de un rango de 0 a 14, quedando 7 (como norma general, más adelante profundizaremos en el tema) como el valor dado para un pH neutro. Los valores con un pH inferiores a 7 son ácidos y los de valor superiores a un pH 7, alcalinos.
EL PH, ESE GRAN DESCONOCIDO
Seguro que en alguna ocasión habéis escuchado a alguien decir: “el pH, ¿pero eso qué es?” o “¿medidor de qué?”, cierto?
Estamos de acuerdo en que no es uno de los temas más apasionantes de los cultivadores, pero todos los profesionales saben que el pH debe permanecer entre unos valores de 5.5-6.5 porque ciertos elementos sólo pueden ser absorbidos por las plantas en ese rango. Por ello es comprensible que a muchos cultivadores noveles se les pueda llegar a convertir en un auténtico quebradero de cabeza.
IMPACTO A DIFERENTES VALORES
Dado que el pH es un factor logarítmico (no se suma, se multiplica). Cuando el pH disminuye en 1 unidad, la solución se vuelve 10 veces más ácida. Y si disminuye en 2 unidades, la solución se vuelve 100 veces más ácida.
Lo contrario ocurre si aumentamos en 1 unidad, la solución se vuelve 10 veces más alcalina y si aumentamos en 2 unidades, se vuelve 100 veces más alcalina.
Por lo tanto, la variación de tan solo 1 unidad en el valor, puede tener un impacto en las plantas no deseado y convertirse en un auténtico desastre.
Como en este ejemplo, en el que el jardinero no quiso variar los niveles durante las diferentes etapas de la planta. Siempre mantuvo el pH a 5,5 y el resultado, ya os lo podéis imaginar…
UNA BUENA AGUA BASE
Si queremos asegurarnos que nuestras plantas absorban la mayor cantidad de elementos y nutrientes, la solución es mantener el agua de la mezcla con un pH neutro. Lo ideal es comenzar con un pH de 5.5-5.8 en la fase de crecimiento e ir aumentándolo paulatinamente a 6-6.5 en la fase de floración.
Para ello, lo recomendable es tener una buena agua base y el mejor método de conseguirlo es empezar con un agua que sea lo más pura posible. La mejor forma de lograrlo es mediante un sistema de Osmosis Inversa como tratamiento previo del agua. El cual al mismo tiempo nos ayuda a estabilizar el pH del agua.
Si utilizamos sistemas de irrigación hidropónicos o similares, también deberemos de mantener los niveles de pH de una manera constante, estable.
DIFERENTES PH’s
Además de realizarse mediciones en líquidos y soluciones, también se pueden realizar mediciones en la piel de animales y seres humanos*, frutas, vegetales, el propio suelo de un cultivo, el agua de la lluvia, agua de pozos, etc.
*El valor del pH de la piel oscila entre 4,5 y 5,9 por lo que el pH natural de la piel es ligeramente ácido y su valor óptimo es de 5,5. Además, el pH de la piel varía ligeramente según la edad, el género y el lugar del cuerpo (genitales, manos y axilas).
EL PH EN EL AGUA DE RIEGO
Cuando se trata del pH en el agua de riego para nuestras plantas, debemos tener en cuenta:
- El del agua de la toma de entrada.
- El del agua una vez agregados los fertilizantes.
EL PH DEL AGUA DE LA TOMA DE ENTRADA
El agua que usamos, normalmente del grifo, suele provenir de las depuradoras de las grandes urbes y ciudades. Por ello, es tratada con productos químicos convencionales para ajustarla a un nivel adecuado. Este nivel de pH adecuado puede variar en función de la época del año y sobre todo, según la zona en la que vivas.
Así que lo recomendable es que averigües cuál es el pH inicial del agua de tu grifo antes de mezclar los fertilizantes ya que además, seguramente esta misma agua vendrá con unos valores elevados de EC.
EL PH DEL AGUA UNA VEZ AGREGADOS LOS FERTILIZANTES
Aquí es donde suelen venir los problemas. Partiendo de la base que no todos los fertilizantes tienen el mismo pH y que además algunos tienen valores muy altos (o bajos), es casi imposible que al realizar la mezcla del caldo de cultivo, adquieras el idóneo si no usas algún instrumento de medición y algún regulador.
INSTRUMENTOS DE MEDICION
Para controlar el pH no hay otro remedio que usar alguna herramienta específica. Para ello, tenemos diferentes opciones como pueden ser las tiras reactivas, los kits de gotas o los medidores digitales profesionales.
TIRAS REACTIVAS
Las tiras reactivas (o papel tornasol) son tiras de papel impregnadas con una sustancia química que en función del pH de la muestra con la que toman contacto cambian de color.
Las tiras de papel indicador se usan tanto a nivel de laboratorio como a nivel particular, siendo incluso usadas en los laboratorios clínicos, sobre todo para el análisis de la orina.
KITS DE GOTAS
Los kits o test de gotas son muy prácticos y económicos. Contienen un reactivo para medir el pH del agua de riego y un bote transparente donde se mide la muestra introduciendo tu agua del caldo de cultivo y añadiendo 2 gotas del líquido reactivo.
MEDIDORES DIGITALES
Hay diferentes modelos de medidores digitales de pH disponibles en el mercado. Con un amplio rango de precios, todos ellos válidos y funcionales. También los hay que cumplen diferentes funciones como además medir la EC y la temperatura (los llamados combos) de manera constante, obligatorios para su uso mediante las diferentes técnicas hidropónicas. Para un buen uso, es indispensable seguir los consejos de cada fabricante para su correcto mantenimiento.
OTROS MEDIDORES
Existen en el mercado otros medidores que sirven para controlar el pH del suelo. Diseñados para su uso directo en el sustrato, son una excelente solución para comprobar la acidez de la tierra que vayamos a utilizar para un cultivo determinado. Si eres de los que reutiliza el sustrato, este tipo de medidor no puede faltar entre tus herramientas.
LOS REGULADORES DE PH
Los reguladores de pH son otra herramienta imprescindible que no puede faltar en tu arsenal. Suelen estar compuestos por productos naturales y se pueden encontrar en distintos formatos como en polvo o líquido. No son muy caros y su tiempo de eficacia es casi inmediato (algunos fabricantes aseguran que en menos de 10 segundos).
Si cultiváis en orgánico aseguraos de no adquirirlos minerales, pues afectará negativamente al mantenimiento de los microorganismos beneficiosos existentes en el suelo.
Si queremos conseguir cosechas de calidad, un pequeño recordatorio: controlar el pH del agua es tan importante como controlar la EC.