Filtros de agua para cultivos hidropónicos y el riego de plantas y jardines

CONSEJOS PARA CONSEGUIR UNA COSECHA DE CALIDAD (I)
Publicado 5 julio, 2019

Para conseguir una cosecha de calidad, e independientemente de la estación del año en la que vayamos a plantearnos crear un cultivo, ya sea de interior o de exterior, siempre viene bien conocer y tener en cuenta los parámetros con los que vamos a trabajar.

Identificar nuestros puntos fuertes y débiles, tanto a nivel de conocimientos técnicos como de conocer la propia variedad y el lugar de cultivo, no son tareas fáciles y la única manera de irlas conociendo es a través de la experiencia. Luego ya llegará la hora de mejorar, ir probando otras técnicas y métodos. La obtención de cannabis de calidad es un cúmulo de pequeños factores. Lo que pocos cultivadores se plantean desde el principio es con qué calidad de agua van a trabajar…

Tabla periódica de los elementos

¿QUE TIENEN EN COMUN TODOS LOS CULTIVADORES? EL AGUA

El primer factor, esencial para conseguir una cosecha de calidad, ya sea para jardines, frutas, hortalizas, flores o cannabis, es que todos los cultivadores necesitan agua para regar. Dependiendo de la zona en la que estemos, dispondremos de una calidad de agua u otra y la manera en la que la vayamos a tratar, hará que consigamos ese plus de calidad y mayor producción en nuestra cosecha. La mayoría de los cultivadores suelen usar agua del grifo, la que tienen más a mano y por qué no decirlo: la más barata.

El agua nos sirve para agregar los fertilizantes y los nutrientes así que usar agua del grifo no es una buena herramienta con la que comenzar a trabajar si nos lo queremos tomar seriamente.

Entonces, haceros esta pregunta, si vosotros no bebéis agua del grifo y la soléis beber embotellada ¿por qué dársela a vuestras plantas? Os acordáis de la frase “lo barato sale caro”? Pues en el caso de usar el agua del grifo sin un previo tratamiento nos puede salir muy caro. Pero, por qué?

¿POR QUE DEBEMOS TRATAR EL AGUA?

Para empezar, evitaremos posibles problemas de carencias y excesos: como no sabemos qué cantidad de minerales y en qué proporción los lleva, nos costará averiguar si alguna de nuestras plantas muestra síntomas y cuales son. Esto estresa a las plantas y el hecho de averiguar tarde de qué tipo de carencia o exceso se trata, puede provocarnos auténticos quebraderos de cabeza, ralentizar el ciclo de la fase natural de la planta y disminuir el aroma, la cantidad y la calidad del fruto.

¿QUE DEBEMOS HACER PARA TRATAR EL AGUA?

El agua del grifo contiene cientos de sustancias disueltas en diferentes cantidades, como sales minerales, fosfatos, sedimentos, metales pesados, restos de las mismas cañerías, y como sabemos TODAS las aguas municipales contienen cloro.

El CLORO

Recordemos que es un elemento químico agregado por el hombre, esencial para el suministro de agua potable ya que mata bacterias, virus, hongos y parásitos. A la vez, es el enemigo número uno de los microorganismos beneficiosos presentes en el sustrato, cuya función es la de mantener las raíces limpias y sanas lo cual influirá negativamente en una absorción de los nutrientes y fertilizantes al 100% e impedirá la formación de un buen cepellón quemando las raíces. Recordemos que el desarrollo de unas raíces sanas es esencial para obtener una buena producción, ya que en las plantas de cannabis ocurre lo mismo que en los icebergs, sólo vemos la parte del exterior aunque la parte más grande es la que no se ve y es la más importante!

Esquema de un iceberg completo

LA EC

Una EC alta también puede ser un problema. La EC o electro conductividad, es la medida de la cantidad de sales minerales disueltas que contiene el agua. Además contiene contaminantes disueltos como metales pesados (Plomo, Cadmio, Boro, Arsénico, Mercurio…) que pueden ser tóxicos para tus plantas (igual que para el cuerpo humano).

EL pH

El pH es el valor numérico que expresa la concentración de iones de hidrógeno y mide el grado de acidez o de alcalinidad del agua. Podemos medir los ácidos a través de la concentración de los iones de hidrógeno: los ácidos fuertes tienen altas concentraciones de iones de hidrógeno y los ácidos débiles tienen concentraciones bajas.

 Las plantas, al igual que las personas, tienen variaciones de pH. Si éstas no tienen un pH adecuado no tendrán una buena salud, estando más expuestas al ataque de hongos, virus e insectos no deseados. Un pH recomendado para el cultivo es el que varía entre 6,5 y 7,5. Podemos conseguirlo utilizando un equipo de ósmosis, que nos ayudará a estabilizar el pH del agua, ya que el agua de ósmosis inversa tiene un nivel de pH de 6,5 aproximadamente y no todos los elementos son absorbidos en el mismo rango.

 

Tabla de valores de absorción de nutrientes

CALCIO Y MAGNESIO

El calcio y el magnesio son los otros dos principales elementos existentes en el agua. Aunque también son nutrientes para las plantas, estos se encuentran en el agua en forma de pequeños cristales pero si se encuentran en una alta concentración harán que se incrusten en las raíces y evitarán que los nutrientes y fertilizantes sean absorbidos. Este bloqueo de raíces se conoce como un “nutrient lockout”.

Unas raíces sanas podrán absorber el 100% de los nutrientes añadidos. Una alta cantidad de sales minerales en tu agua puede causar una saturación en las raíces y que no puedan absorber los nutrientes necesarios. Tengamos en cuenta que las plantas pueden llegar a admitir hasta un 1,4 ó hasta 2,2 de EC, según genética y fase del cultivo. Si por ejemplo el agua que usamos tiene una EC de 1,0, sólo podremos añadir nutrientes hasta 0,4 ó 1,2 para alcanzar los niveles máximos. Si por lo contrario empezamos con un agua de 0,1-0,2 o incluso a 0,0 podremos añadir muchos más nutrientes a nuestras plantas.

TEMPERATURA Y HUMEDAD

Otros dos factores a tener muy en cuenta para conseguir una cosecha de calidad, son la temperatura (T/oC) y la humedad relativa (%). Tanto mayor sea la temperatura, mayor necesidad de riego. Según la combinación de ambos parámetros, se producirán unas condiciones u otras que pueden afectar de manera muy significativa en el proceso, especialmente en la transpiración y la asimilación de nutrientes de las plantas. A la relación entre ambos parámetros se le llama déficit de presión de vapor o DPV (puedes consultar mas información aquí).

Tabla DPV

EL RIEGO

Otro factor clave para tener unas plantas sanas y fuertes es el riego. Para empezar, deberemos elegir qué sistema vamos a usar: manual, automático o inmersión (del hidropónico hablaremos más adelante, de manera extendida). También existen otros sistemas en el mercado como los Auto Pot y similares.

El horario en el que vamos a regar es otro factor a tener en cuenta. Lo ideal es regar a primera hora del día aunque hay quien lo prefiere hacer a última hora. Dependiendo de las condiciones de la sala y/o del sitio, nos podríamos exponer a unos niveles altos de humedad durante la noche, ya que no hay luz ni calor que evapore el agua, lo que nos conllevaría a correr riesgos innecesarios de aparición de hongos. Se aconseja para ello tener una sala bien ventilada y el uso de un des-humidificador de aire acorde a nuestras necesidades.

LA GENETICA

Otro de los principales factores para conseguir una cosecha de calidad, será la elección de una buena genética de calidad y dentro de las miles de variedades existentes a día de hoy, cada cultivador tiene sus preferencias y conocimientos pero os aconsejamos las de algún banco conocido y con buena reputación.

La elección de la variedad también dependerá del entorno en el que vayamos a cultivar. Por ejemplo, si lo hacemos en un espacio pequeño de interior, las variedades índicas pueden ser una buena opción pero si lo hacemos en un lugar de exterior grande y espacioso, tal vez prefiramos una variedad más sativa. Si tenemos en cuenta que en exterior se suele recolectar (como norma general, aunque siempre hay excepciones) entre mediados de Septiembre y finales de Octubre, también se tendrá que tener en cuenta la zona en la que vivamos y sus condiciones climáticas antes de llegar esas fechas.

Brote recién germinado

En el próximo artículo seguiremos hablando de la importancia en la elección de un buen sustrato, los fertilizantes y el tiempo de cosechar. Más factores y consejos para conseguir nuestro objetivo: conseguir una cosecha de calidad.

EL AGUA EN EL CANNABIS MEDICINAL Y EL NUEVO ESTANDAR DE CALIDAD
Publicado 26 febrero, 2019

El creciente mercado del cannabis medicinal y para uso cosmético, así como toda una novedosa industria de productos basados en el CBD, el principal cannabinoide no psicoactivo de la planta de la marihuana. Ha revolucionado los estándares de la calidad del producto, la cual está directamente relacionada con la calidad de los métodos de producción. Veremos a continuación la importancia de la calidad del agua, la cual a menudo no se tiene en cuenta cómo se debería.

El control de las variables

El cultivador de cannabis generalmente es muy celoso del control de las variables ambientales, particularmente en aquellos entornos donde puede controlarlas al máximo, como en el cultivo de interior. Nos referimos a la luz, la temperatura, la humedad relativa… pero, ¿y el agua?

Cuando de lo que se trata es de lograr el mejor producto posible con los medios disponibles, cualquier bombilla no vale. Eso lo sabe hasta el cultivador más inexperto. De igual forma, no mide la temperatura o la humedad según la sienta en su piel, ni añade los nutrientes a ojo. El cultivador sabe que en la atención rigurosa al detalle está el éxito del cultivo.

Esa atención al detalle, aplicada también al agua, puede suponer la diferencia entre un cultivo aceptable y uno excelente. O entre un cultivo que no puedas comercializar y uno que cumpla con los exigentes estándares de salubridad de la industria farmacéutica. No olvidemos que el agua no solo es fundamental para cualquier ser vivo, sino que, en el caso de nuestros cultivos, es el principal medio a través del cual las plantas adquieren sus nutrientes.

Podemos confiar hasta cierto punto en el agua corriente con que regamos nuestras plantas. Es posible que conozcamos la EC (electro conductividad) del agua con que reguemos y, si no es un agua dura, seguramente hasta pensemos que su calidad es suficiente para nuestro riego.

OTRAS FUENTES DE AGUA

Podemos tener una confianza similar en otras fuentes de agua: lluvia, pozos, acequias… Existe toda un área del mundo del cultivo en la que esta aceptación de mínimos es razonable: la de la jardinería. Puede que un crisantemo se nos presente igualmente lozano y bello con aguas de diferentes calidades (siempre y cuando no nos vayamos a aguas muy contaminadas). Pero cuando estamos hablando de productos para uso médico y consumo humano, el estándar que se persigue es el de la búsqueda de la máxima calidad posible.

El cultivador exigente no se conforma con aceptar las condiciones mínimas: su objetivo son las mejores condiciones. Ese es el baremo de la competencia: si durante tu cultivo has atendido cada detalle a la perfección menos el agua, no podrás competir con quien haya partido de un agua de calidad.

¿Qué es el agua de calidad en el cultivo de cannabis medicinal?

Cuando hablamos de cultivos para productos que se van a desarrollar en la industria farmacológica o para consumo humano solo hay una respuesta posible: el agua de calidad es aquella que consiste básicamente en H2O. Cualquier fuente de agua contiene elementos que, si no eliminamos convenientemente, van a ser absorbidos por nuestras plantas y de ahí pasarán a los productos que se elaboren con ellas, como por ejemplo cloro, flúor, sales de magnesio, calcio, potasio, sulfatos. O incluso peor, metales pesados como el plomo, el cadmio, el boro o el arsénico, que son altamente tóxicos no solo para las plantas sino también para el ser humano.

Algunos de esos elementos como el calcio y el magnesio sí que son buenos para nuestras plantas, pero ¿en qué concentraciones? Cuando aplicamos un programa de nutrientes a nuestro cultivo, nos ahorraremos muchos quebraderos de cabeza si controlamos lo que hay en el agua de riego. Es decir, empezando con una EC baja, podremos añadir el calcio y el magnesio que nuestras plantas necesitan en las proporciones adecuadas. Además de los correspondientes niveles de nutrientes según nuestro programa.

Un agua libre de elementos no deseados es el sustento ideal para alimentar nuestras plantas.

El agua en el cannabis medicinal

El cannabis es un acumulador natural de sustancias, hasta el punto de que se usa para sanear suelos de elementos tóxicos y radiactivos en un proceso que se conoce como fitorremediación. Ejemplos recientes los tenemos en Taranto (Italia) donde se está empleando una variedad de cáñamo para descontaminar el suelo de níquel, plomo y otras sustancias. También se empleó cannabis para la regeneración de suelos tras el fatídico accidente de Chernobyl.

Literalmente, una planta de cannabis absorbe todo lo que esté a su alcance. De ahí la importancia no solo del desarrollo de fertilizantes específicos para el cannabis, sino de la necesidad de regar y administrar los nutrientes con un agua de calidad. Ya sea procesada mediante filtración o mediante ósmosis inversa, según sus niveles de EC. No exageramos si afirmamos que si regamos con cualquier agua, nuestras plantas de cannabis absorberán cualquier cosa. De hecho, los elementos absorbidos por las raíces, van a afectar no solo a la calidad, sino a la composición específica de cannabinoides y terpenos, lo cual es un asunto muy sensible en la elaboración de productos de uso medicinal.

Así pues, el cannabis, sobre todo para uso medicinal, ha de ser tratado con las sustancias más seguras posibles. En este sentido, para lograr el mejor resultado hemos de utilizar fertilizantes adecuados para la variedad que estemos cultivando y controlar las variables ambientales. Pero todo este cuidado pierde su sentido si no comenzamos con un agua de calidad. El cultivador siempre ha de tener en mente al consumidor final y debe garantizar la seguridad del paciente por encima de cualquier cosa.

¿CON QUE CALIDAD DE AGUA RIEGAS TU HUERTO DE VERANO?
Publicado 17 mayo, 2018

Se acerca el verano, y a medida que el clima mejora, familias enteras van a pasar un domingo o un festivo a sus huertos, o bien aprovechan sus jardines y cultivan sus propios tomates, cebollas, pimientos, etc.

Luego, será el momento de consumirlos, posiblemente en una buena barbacoa con amigos y familiares. El cuidado del huerto es un hobby bastante popular en nuestro país, uno que incluso une a varias generaciones, y muchos dedican gran cuidado a sus hortalizas, escogiendo los fertilizantes adecuados y protegiéndolas de plagas. Sin embargo, existe un factor crucial a tener en cuenta al que en no pocas ocasiones se le dispensa menos atención de la que realmente requiere.

Calidad del agua

Nos referimos a la calidad de agua riego, la cual es fundamental para determinar no sólo el éxito de la cosecha, sino la calidad e incluso la salubridad de los productos que cultivamos.

Después de todo, los vegetales están compuestos mayoritariamente de agua, y acumularán dentro de sí lo que ella contenga: si el agua está contaminada o contiene elementos no deseables para nuestro organismo, nuestros frutos regados con ella presentarán dichos elementos, además de que afectarán a su calidad y sabor. Por eso es vital contar con un agua limpia y sin contaminantes.

En muchos casos, se utiliza agua de pozo o acequia para regar el huerto. Si bien su calidad varía de acuerdo a la zona, no es conveniente usar un agua de pozo (sin un análisis previo), debido a que puede presentar filtraciones de herbicidas y pesticidas provenientes de campos de cultivo de árboles frutales, o en el caso de campos de ganado puede presentar bacterias fecales.

Por lo que respecta a una acequia, si esta se encuentra cerca de la carretera, puede contener rastros de aceites, combustibles y otros residuos. Además, al no estar desinfectada, puede ser un auténtico criadero de bacterias. El agua de grifo es más segura en cuanto a contaminantes se refiere, pero aun así no es la más indicada para el riego.

Esto se debe a que contiene, como mínimo, CLORO. Además, en algunas zonas, como el Levante español, las aguas son duras, con una gran concentración de sales como el magnesio, el calcio o el potasio, además de sulfatos.

Veamos en qué afectan estos distintos factores del agua con la que riegas tu huerto de verano:

El Cloro

El cloro está presente en todas las aguas de red. Se trata de un desinfectante que asegura que el agua sea inocua para el ser humano. Impide la formación de algas y hongos en las tuberías de suministro y depósitos de almacenamiento de agua. En verano, debido a que las altas temperaturas favorecen la aparición de bacterias, los ayuntamientos suelen incrementar la cantidad de cloro añadida al agua. Esta gran cantidad de cloro afecta de tal manera al olor y el sabor del agua de grifo, que muchísimas personas optan por no beberla.

Pues bien, así como el agua clorada no es lo ideal para las personas, tampoco lo es para las plantas. En este caso, el problema es que, si bien el cloro mata microorganismos nocivos, también mata a los microorganismos beneficiosos que habitan en el suelo y que interactúan con las raíces para mejorar la absorción de nutrientes, y que además protegen a la planta de hongos. El uso de fertilizantes orgánicos impulsa y potencia la presencia de esta rica vida interior, pero el agua clorada no discrimina entre microorganismos beneficiosos y perjudiciales: mata a todos por igual. Esto neutraliza el efecto positivo de los fertilizantes orgánicos, e incluso daña a las raíces de la planta. El cloro quema las raíces, evitando que absorban los nutrientes esenciales.

Aguas duras

Dependiendo de la región, el agua local puede ser dura, es decir, rica en sales como magnesio, calcio, potasio, y en sulfatos. Estas sales aumentan la electro-conductividad (EC) del agua, lo que afecta la capacidad de absorción de las raíces. Los valores de EC que puede tolerar una planta presentan un límite. Cuantas más sales haya disueltas en el agua, más reducida será la capacidad de las raíces para incorporar nutrientes.

Hay que tener en cuenta además que una cantidad demasiado elevada de sales puede ocasionar lo que se conoce como “Nutrient Lock Out”, que es lo que sucede cuando las raíces están saturadas y no pueden absorber más nutrientes. Las sales se incrustan en las raíces bloqueándolas, situación que puede llegar a ocasionar la muerte a la planta. Puede además haber en el agua metales pesados como el plomo, el cadmio, el boro o el arsénico, que son tóxicos no solo para las plantas sino para el ser humano.

Mejor agua, mejor calidad

En definitiva, la meta es conseguir una producción saludable y abundante, que sea beneficiosa para el organismo y que dé la satisfacción al cultivador de un trabajo bien hecho. En este sentido, controlar la calidad del agua nos permite un mayor control sobre el cultivo, ya que elimina variables a la hora de diagnosticar un problema y ayuda a llevar un mejor control de los nutrientes que se le aportan.

El agua de calidad en el cultivo repercute en un cultivo de calidad. Si se riega con un agua desconocida, desconocido será también el resultado. Esto puede afectar el sabor, el aroma, el aspecto, y los valores nutricionales del producto. En cambio, un agua de buena calidad le permitirá a la planta absorber correctamente los nutrientes que añadimos, con lo que dará frutos mucho más abundantes, deliciosos y saludables. Si para nuestro consumo elegimos la mejor calidad de agua, ¿por qué no darle la misma calidad a nuestras plantas? Existen soluciones que nos permiten conseguir la mejor calidad de agua para nuestro huerto, por eso en el próximo riego, algunas preguntas que nos haremos son: “¿Estoy dándole a mis plantas la mejor calidad de agua?, ¿bebería yo la misma agua que le doy a mis plantas?”

 

CONSEJOS PARA REGAR TU HUERTO URBANO
Publicado 10 mayo, 2017

Uno de los factores más importantes en el cuidado del huerto urbano es el riego. El sabor y la calidad de las hortalizas, frutas y verduras dependerán sobre todo del agua que les proporcionemos, porque el agua es la base del crecimiento para los cultivos. Es por ello que hoy os contamos los consejos a seguir para regar tu huerto urbano.

Sin el agua no pueden sobrevivir, pero si los regamos poco o en exceso, o lo hacemos con el agua inapropiada, también podemos perjudicarlos. Para ello es importante tener en cuenta algunos consejos que os comentamos a continuación, como conocer bien el tipo de planta y sus características antes de sembrarla, el tipo de suelo que utilizamos, la época del año y sobre todo, la calidad del agua con la que regamos.

Te contamos los 4 consejos para regar tu huerto urbano

1.Controlar el tipo de suelo del huerto urbano

Antes de sembrar el huerto, debemos analizar el tipo de suelo, ya que según sus características, la frecuencia y la abundancia de riego variarán.
En el caso de cultivar el huerto en tierras arenosas, es importante que reguemos con mayor frecuencia, porque este tipo de suelo no retiene mucho la humedad. Por el contrario, las tierras arcillosas retienen incluso en exceso la humedad, por lo que es importante controlar que no lleguen a encharcarse, ya que las raíces de las plantas se verían afectadas, hasta llegar a pudrirse.

2. Controlar las necesidades de riego de cada planta

No todas las plantas del huerto necesitan los mismos cuidados de riego, por eso debemos conocer antes sus características. Según el tipo de plantas hortícolas que tengamos, requerirán más agua o menos. Para ello es muy útil agruparlas de acuerdo a sus necesidades de riego:

-Hortalizas de hoja grande (espinacas, lechuga, coliflor, acelgas…) requieren de abundante agua y por lo tanto, de una mayor frecuencia de riego.

-Hortalizas de fruto como los tomates, calabacín, pepinos, pimiento…, necesitan un riego moderado durante la etapa de floración. Si reciben mucha agua durante esta etapa, puede ser perjudicial para su crecimiento. Una vez formados los frutos, necesitarán un riego regular.

-Las cebollas, los ajos y el resto de hortalizas de este tipo requieren de un riego moderado.

-En verano y épocas de más calor, es importante mantener una mayor frecuencia de riego en el huerto, para evitar que los cultivos puedan secarse o dañarse por falta de agua. Si regamos temprano por la mañana o a última hora de la tarde, estaremos protegiendo el cultivo de los efectos del sol y el calor durante esta época del año.

3. Utilizar el sistema de riego adecuado para regar tu huerto urbano

Existen varios tipos de sistema de riego efectivos y cómodos para los huertos urbanos. Tendremos que elegir el que mejor nos ayude a llevar el agua para regar tu huerto urbano a todos los cultivos, de acuerdo al tamaño, a la distribución del huerto y a nuestras necesidades.

Riego con manguera:

Si tenemos el huerto en una pequeña parcela, jardín o terraza, es el sistema más fácil, cómodo y económico. Debemos regar en forma de suave lluvia, de manera que la presión del agua no remueva los nutrientes del sustrato, y teniendo en cuenta que en el caso de algunas plantas es contraproducente regar las hojas.

Si nuestro huerto tiene una superficie mayor y no disponemos de una manguera adecuada ni del tiempo necesario para regar, existen otros sistemas de riego automatizados que distribuirán el agua por todo el huerto de forma más cómoda:

Riego por aspersión:

El agua sale por el aspersor, y se distribuye en forma de lluvia por todo el cultivo. Para utilizar el riego por aspersión se requiere una buena presión de agua, para que ésta llegue a todas las plantas. Este sistema permite una mayor automatización, y mediante una buena programación se consigue que todos los puntos del huerto reciban la misma cantidad de agua.

Riego por goteo:

Este sistema de riego automático permite utilizar el agua de forma más óptima, y evita la pérdida de nutrientes del suelo, por eso es el más recomendado para los huertos urbanos. El agua se infiltra hacia la zona de las raíces de las plantas mediante un sistema de tuberías y goteros que se distribuyen por todo el huerto.

4. Regar con agua de calidad

Si seguimos los consejos anteriores, pero a la hora de regar tu huerto urbano lo haces con agua clorada, no conseguiremos los resultados deseados. Nuestras hortalizas, frutas y verduras no tendrán la calidad ni el gusto que esperábamos al plantarlos, porque el cloro influirá en los resultados.

El cloro es un químico presente en todas las aguas municipales, especialmente en verano, para evitar la proliferación de virus y bacterias en el agua corriente. Si lo que buscamos es comer de forma más saludable y orgánica, con sabores auténticos y cultivando nosotros mismos, entonces necesitaremos regar con agua de la mejor calidad posible, eliminando los químicos y pesticidas que influyen en la salud, en el sabor y en la calidad final de nuestra cosecha.

Por otro lado, si regamos nuestro huerto con agua clorada no sólo influiremos en el gusto y la calidad final de los alimentos, sino que también nos podemos encontrar con diferentes problemas que impedirán el correcto desarrollo de las plantas: raíces quemadas, hojas amarillas, plantas que no crecen, problemas con los abonos que no serán totalmente efectivos…. Para poder regar con agua de calidad, existen los sistemas de filtración para tratar el agua previamente, y así eliminar el cloro hasta un 99%, los pesticidas y herbicidas.

Si además del cloro, el agua con la que regamos tiene elevados niveles de salinidad (es una agua dura) también puede afectar a la calidad de las cosechas con problemas en las raíces de las plantas. En estos casos, con los sistemas de osmosis inversa eliminaremos también hasta el 95% de las sales minerales y metales pesados disueltos en el agua.

FILTRACION Y OSMOSIS INVERSA

Estos sistemas de filtración y de osmosis inversa son de fácil conexión al grifo, a la manguera y a los tanques de agua, y fáciles de adaptar también a otros sistemas de riego. Además, disponen de caudales diferentes, para adaptarse a cultivos pequeños, medianos o incluso industriales.

En GrowMax Water estamos especializados en los sistemas de tratamiento de agua para hidroponía, jardines y horticultura. Visita nuestra página web y descubre cómo los sistemas de filtración y de osmosis inversa pueden ayudarte a mantener un huerto más sano, orgánico y con las frutas, verduras y hortalizas más saludables.

NUTRIENTES ESENCIALES PARA NUESTRAS PLANTAS
Publicado 27 enero, 2017

Las plantas, como los humanos, necesitan una alimentación equilibrada y adecuada a su fase de crecimiento. El calcio y el magnesio son dos de los nutrientes esenciales para las plantas, así como el fósforo, el hierro, el nitrógeno, el potasio y el manganeso, en las cantidades adecuadas. Las deficiencias de estos nutrientes en el cultivo pueden tener consecuencias severas en su crecimiento y nosotros obtener unos malos resultados.

Conocer algunos de los síntomas derivados de la carencia de nutrientes esenciales, nos ayudará a controlar mejor el crecimiento de nuestras plantas y asegurarnos de que tienen la cantidad de alimento que necesitan. No obstante, entre los nutrientes esenciales para las plantas, es importante distinguir entre los macro-nutrientes, absorbidos por las plantas en gran cantidad, y los micro-nutrientes, los cuales son necesarios para ellas sólo en pequeñas cantidades (en mayor cantidad pueden ser nocivos).

En un artículo anterior, os hablábamos de la importancia del calcio y el magnesio, por eso hoy nos centraremos en el resto de los nutrientes esenciales para las plantas, empezando por los macro-nutrientes, los cuales se necesitan en mayores cantidades.

¿Cuales son los nutrientes esenciales para nuestras plantas?

Fósforo

Es un nutriente esencial, ya que es clave en la transferencia de energía por toda la planta. El fósforo ayuda a construir las paredes de las células, el ADN, las proteínas y las enzimas. Las mayores concentraciones de fósforo están en las raíces, las puntas de crecimiento y el tejido vascular, es decir, en las partes en desarrollo de la planta.

En las plantas jóvenes, la presencia de fósforo es indispensable para su correcto crecimiento, ya que cuando más fósforo absorbe una planta es durante su primer cuarto de vida.

Cuando hay una falta de fósforo, la planta deja de crecer en altura y se frena el desarrollo de las ramas; además se vuelve de un color verde oscuro. Por último, si pasa tiempo sin corregirse los niveles de fósforo, pueden aparecer puntos de necrosis en las hojas más viejas y malformación de éstas.

Nitrógeno

Es uno de los nutrientes más esenciales que una planta necesita y una parte importante de proteínas, clorofila, vitaminas, hormonas y ADN. El Nitrógeno es un componente de las enzimas, por lo que desempeña un papel activo en el metabolismo de las plantas e influye positivamente en su crecimiento. Hojas más grandes, más cantidad ramas y un periodo vegetativo más prolongado, son algunos ejemplos de los efectos positivos del Nitrógeno en las plantas.

No obstante, una carencia de este nutriente tiene como consecuencia el efecto inverso. La deficiencia de nitrógeno retrasa la síntesis de la proteína, y la planta, para seguir satisfaciendo sus necesidades, rompe sus propias proteínas. Cuando esto sucede, hay un excedente de hidratos de carbono debido al desglose de proteínas, que provoca el color morado de los tallos de las hojas y del tallo de la planta.

Debido a la falta de nitrógeno, también se produce con el tiempo un desglose de clorofila, que convierte al color verde de las hojas en amarillo o en color verde blanquecino, hasta que finalmente se marchitan y caen.

Las raíces de las plantas también muestran síntomas por la falta de Nitrógeno. Si la falta de Nitrógeno se produce en una etapa temprana de crecimiento, la planta entera queda afectada y se queda pequeña. Debido a esto, los órganos de la planta no se forman correctamente, causando un crecimiento incompleto. En etapas más avanzadas, la planta es capaz de seguir desarrollándose a pesar de la falta de nitrógeno.

Potasio

El potasio se encuentra presente por toda la planta. Es uno de los elementos esenciales para transportar el agua por toda su estructura, así como para la apertura y el cierre de las estomas. Además, dota de fuerza y calidad a la planta.

Cuando hay una carencia de Potasio se produce una reducción de la vaporización. Si se reduce la vaporización, la temperatura de las hojas aumenta y las células se queman. Principalmente este proceso de quemadura se produce en los bordes de las hojas.

Cuando las puntas de las hojas muestran bordes grises, que después se tornan en color marrón orín, hasta retorcerse y secarse, el motivo es la carencia de potasio. Otro síntoma son las hojas que amarillean desde los bordes en dirección a los nervios de las hojas y aparecen puntos o manchas de tejido muerto de color marrón orín.

Un exceso de sal (sodio) en torno a las raíces puede ser una de las causas que provocan la carencia de Potasio en la planta, ya que las raíces se bloquean y no pueden absorber más nutrientes.

Nos centramos ahora en los micro-nutrientes. A pesar de ser absorbidos por la planta en menor cantidad, son también imprescindibles para su correcto desarrollo:

Hierro

El hierro es un nutriente muy común y presente en la tierra, pero en grandes cantidades puede ser tóxico para las plantas, por lo que es un micro-nutriente. Por otro lado, es muy difícil de absorber por las plantas, ya que generalmente se encuentra en el suelo como material insoluble, por lo que son pocos los suelos que disponen de hierro en las formas necesarias para las plantas.

La absorción del hierro depende en gran medida del pH. Normalmente las tierras ácidas tienen suficiente hierro en formas que pueden ser absorbidas por las plantas.

Hojas que amarillean de forma continuada, e incluso algunas que quedan blancas; necrosis en las hojas (tejidos muertos) y plantas que dejan de crecer, son síntomas de la carencia de hierro.

Manganeso

El manganeso se encuentra en altas concentraciones en las partes más activas de las plantas (meristemas) y en menor medida en las raíces y en los tallos. Es un oligoelemento esencial para las plantas que activa varias reacciones enzimáticas, como por ejemplo, la división del agua durante la fotosíntesis o la formación de membranas de células vegetales.

El manganeso es absorbido a través de las raíces de las plantas y se distribuye por toda la planta con dificultad, aunque más fácilmente que otros elementos como el hierro o el calcio, menos solubles.

La falta de manganeso en las plantas les provoca cambios fisiológicos: la producción de proteínas disminuye, reduciendo la capacidad de la planta para absorber nitratos. Cuando esto sucede, se retrasa el crecimiento de la planta, y aparecen síntomas en las hojas parecidos a los causados por la carencia de hierro o magnesio.

En el caso de falta de manganeso, las manchas amarillas aparecen entre los nervios laterales, y el resto de la superficie de la hoja mantiene su color verde original. No hay blanqueamiento. No debe confundirse con la falta de hierro, que provoca el amarilleamiento en toda la superficie de la hoja.

Un pH demasiado elevado puede ser una de las causas que provocan la carencia de manganeso. Esto es debido a que, con unos valores de pH elevados, el manganeso se precipita en dióxido de manganeso, que no es absorbible por la planta.

Osmosis inversa para evitar la carencia y el exceso de nutrientes

Existen en el mercado una amplia variedad de fertilizantes y de complementos nutritivos para ayudar a las plantas con una correcta alimentación: en formato abono, líquido o sólido. Añadiendo estos productos, proporcionamos a las plantas los nutrientes que necesitan para cada fase de desarrollo, y nos ahorramos los síntomas y problemas por falta de alimento anteriormente descritos.

Pero antes de añadirlos al agua con la que vamos a regar o al abono, es muy importante controlar la EC del agua (electro-conductividad). Así sabremos la cantidad de sales y minerales disueltas que ya contiene el agua de nuestro grifo. No obstante, solo midiendo la EC con un medidor, no podemos controlar la cantidad exacta de cada uno de los nutrientes que ya se encuentran en el agua. Por lo que si añadimos, por ejemplo, cantidades muy altas de calcio y el agua de riego ya contiene mucho calcio (agua dura), provocaremos un exceso de nutrientes. O si por el contrario el nivel de calcio en el agua es muy bajo (agua blanda), y añadimos poca cantidad de calcio, provocaremos una carencia de este elemento.

Si utilizamos agua de osmosis inversa, bajamos la EC hasta un 95% y conseguimos agua sin sales ni minerales añadidos. De esta manera, conseguimos el equilibrio perfecto entre el agua y el alimento exacto que queremos dar a nuestras plantas ¿Cómo? Sabemos que las plantas pueden llegar a admitir hasta un 1,4 o hasta 2,2 de EC, según su genética y fase del cultivo. Cuanto más elevada sea la EC del agua, menos nutrientes podremos añadir al cultivo. Por eso si empezamos con un agua pura de 0,1 o 0,2, podremos añadir a las plantas más nutrientes hasta alcanzar su máximo potencial, es decir, para conseguir mayor productividad y mejores resultados.

Nutrientes esenciales y agua ultra pura

MAXQUARIUM-000-PPMLos cultivadores más exigentes prefieren regar con agua ultra pura (de 0,00 EC), para asegurarse de que los suplementos nutritivos que les dan a las plantas son exactamente los derivados de los productos que añaden, y no del agua. Para ello, utilizan el equipo de ósmosis inversa más des-ionizador Maxquarium 000ppm, que produce hasta 20L/h de agua ultra pura. Es un equipo diseñado también para la industria de los acuarios, donde se aseguran de que el agua que utilizan es lo más pura posible para mejorar la vida de los peces y algas.

GrowMax Water ofrece también el Filtro des-ionizador, accesorio disponible para todos los equipos de osmosis inversa cuando se quiere tener la seguridad de conseguir agua ultra pura, de 0,00 EC.

Ahora sólo tienen que añadir al agua los suplementos nutritivos que desean, sin preocuparse de controlar previamente la EC del agua.

En resumen, acompañar el uso de suplementos nutritivos con el tratamiento de agua osmotizada y ultra pura, nos ayudará a evitar problemas de cultivo y carencias nutritivas como las mencionadas a lo largo del artículo. Siempre asegurándonos de la cantidad correcta de nutrientes que necesita cada planta, según el tipo y su fase de cultivo, y controlando su desarrollo.

¡Grow it to the Max con GrowMax Water para evitar las carencias y los excesos de nutrientes!

¿ESTÁS LISTO PARA UNA NUEVA TEMPORADA DE CULTIVO DE INTERIOR?
Publicado 3 octubre, 2016

Llega el otoño y damos la bienvenida a una nueva temporada de cultivo de interior. Es el momento de preparar nuestro espacio de cultivo y de repasar todos los accesorios imprescindibles para conseguir los mejores resultados. El primer accesorio que no debe faltar en la instalación es un sistema de Filtración u Osmosis Inversa, para obtener la mejor calidad del agua.

Así como la base para construir una casa estable son los cimientos, un agua de calidad, pura y limpia es la base de un buen crecimiento del cultivo. Un agua con una EC baja y sin cloro es la mejor manera de ayudar a nuestras plantas a crecer a su máximo potencial. Así como tenemos en cuenta los nutrientes o fertilizantes que vamos a utilizar, preparar el agua con la que vamos a regar el cultivo de interior también es importante a la hora de ponerlo en marcha.

Controlar la calidad del agua en el cultivo de interior

Y es que en el cultivo de interior podemos controlar las horas de luz, la temperatura o la humedad del espacio según las necesidades de nuestras plantas, así como controlar la calidad de agua con las que vamos a regar. Para ello no pueden faltar en nuestro espacio de cultivo varios accesorios indispensables: el medidor de EC (Electro Conductividad), con el que podremos medir la cantidad de sales disueltas en el agua (aunque no las cantidades exactas de cada una de estas sales) y un medidor de pH, muy importante para controlar los niveles de éste.

osmosis inversa en cultivo de interiorEstos accesorios de control y tratamiento del agua son de gran ayuda para el cultivo, ya que no todas las aguas son iguales. Dependiendo de la cantidad de sales minerales disueltas que tenga tu agua de grifo, tendremos un agua blanda (EC baja) o un agua dura (EC alta). Ésta última se caracteriza por tener una cantidad elevada de sales disueltas en el agua. Las cuales influirán directamente en la cantidad de nutrientes que necesitamos añadir al agua con la que regaremos.

Tengamos en cuenta que las plantas pueden llegar a admitir hasta un 1,4 o hasta 2,2 de EC, según su genética y fase del cultivo. Cuanto más elevada sea la EC del agua, menos nutrientes podremos añadir al cultivo. Aquí un ejemplo:

“Si el agua con la que regamos tiene una EC de 1,0 solamente podremos añadir nutrientes hasta 0,4 o 1,2 para alcanzar los niveles máximos. Partiendo con un agua pura de 0,1 o 0,2 o incluso 0,0 EC, podremos añadir a las plantas la cantidad exacta de nutrientes que necesitan”.

Con una EC elevada, el agua contiene elevados niveles de calcio, que provocará la acumulación de cal en las raíces, disminuyendo su capacidad de absorción.

Si regamos con agua dura y añadimos más nutrientes a nuestros abonos, podemos provocar un exceso de nutrientes, conocido como un «nutrient lockout», que influirá directamente en el crecimiento de las plantas.

Los sistemas de ósmosis inversa, eliminan hasta un 95% de las sales disueltas bajando la EC y consiguiendo así un agua pura. También eliminan metales pesados y el cloro en un 99%. Además conseguiremos un pH equilibrado, ya que el agua osmotizada tiene un pH de entre un 6 y 6,5.

Con un sistema de ósmosis inversa conseguirás el agua pura y de calidad que llevará al máximo tu cultivo de interior

 

Si por el contrario la calidad de agua que recibes en tu grifo no tiene una EC elevada, el cloro será nuestro peor enemigo ya que, como todos sabemos, es un químico que ataca directamente a las raíces, quemándolas, y mata a los microorganismos beneficiosos que viven en nuestros abonos.

 

Los Sistemas de Filtración son la solución para eliminar el cloro en un 99% y limpiar el agua de todos los sedimentos que ésta arrastra. Además también eliminaremos posibles Herbicidas, Pesticidas y Contaminantes Volátiles del agua.

 

En resumen, si estás preparando los accesorios imprescindibles para tu cultivo de interior, no puede faltar un sistema de tratamiento de agua. Junto con el medidor de EC y de pH, conseguirás la calidad de agua que necesitan tus plantas.

¡Lleva al MAXIMO tu cultivo de interior con GrowMax Water!

TRUCOS PARA REGAR LAS PLANTAS EN VACACIONES
Publicado 1 agosto, 2016

Llegó el verano y con él unas merecidas vacaciones. Es momento de hacer las maletas y poner rumbo a la playa, a la montaña o en definitiva, a cualquier lugar alejado del estrés diario. Pero ¿qué hacemos con las plantas si no las puede regar nadie en nuestra ausencia? No tenemos que preocuparnos por ello, ya que existen algunos trucos para regar las plantas mientras  estamos fuera de vacaciones que las mantendrán hidratadas hasta nuestra vuelta.

De esta forma, evitaremos que las plantas mueran mientras estamos fuera, y  todo el esfuerzo dedicado a lo largo del año para cuidarlas bien no habrá sido en vano. La solución más rápida es pedir a un familiar o vecino que pueda pasarse un par de veces por semana para regarlas, pero lógicamente, no siempre encontramos a ese alguien en Agosto… En el caso de viajes cortos, de una semana, podemos dejarlas bien preparadas para que durante nuestras vacaciones puedan aguantar bien sin más agua.  A la vuelta quizás podemos encontrar algunos daños leves, pero fáciles de reparar con los cuidados de siempre.

Preparar las plantas antes de irnos y saber cómo regar las plantas en vacaciones

Si hemos programado un viaje de no más de una semana, podemos dejarlas sin ningún tipo de sistema de riego. No obstante, debemos seguir algunos pasos antes de coger las maletas. Lo primero que tendremos que hacer antes de irnos es regarlas bien para que mantengan la humedad al máximo durante los siguientes días, pero nunca encharcarlas o dejarlas dentro de una maceta o recipiente lleno de agua en contacto directo con las raíces. Si hacemos esto último, se pudrirán.

Para que estén en mejores condiciones durante nuestra ausencia, debemos colocarlas en un lugar fresco y apartarlas de la exposición directa del sol. De esta forma aprovecharán mejor la humedad del ambiente y no se secarán tanto.  No obstante, si son de interior, el hecho de recibir sombra no significa bajar persianas y dejarlas en la oscuridad, si no en un espacio con luz tenue y un poco de ventilación.

Quitar las hojas secas y ramas en malas condiciones antes de irnos, así como las hojas de mayor tamaño, ayudará también a que retengan mejor la humedad y resistan más durante nuestra ausencia.

Sistemas de riego automatizado para regar las plantas en vacaciones

Si tenemos la suerte de poder alargar nuestras vacaciones fuera de casa durante más días, entonces debemos buscar alternativas de riego para que se mantengan hidratadas. Igualmente, primero debemos dejarlas bien preparadas, siguiendo los consejos anteriores.

apsersorjpgEn el caso de las plantas en jardines o terrazas,  los sistemas de riego automatizados nos serán muy útiles para mantenerlas hidratadas. Mediante aspersores o el riego por goteo con una instalación de tuberías, podremos dejar programado el riego de forma cómoda, y asegurándonos de que todas las plantas recibirán agua. Este un sistema muy cómodo también para regar durante todo el año, ya que nunca nos despistaremos.

Si no disponemos del presupuesto para este tipo de instalaciones, o se trata de plantas en balcones o de interior, existen sistemas caseros para automatizar el riego mientras estamos disfrutando de las vacaciones.

Sistemas de auto-riego caseros

botellaUno de los trucos más populares es el de la botella. Consiste en crear un sistema de riego gota a gota para que la planta reciba constantemente agua, pero sin encharcarla. En el tapón de la botella realizaremos un agujero lo suficientemente grande como para que puedan caer gotas, llenaremos la botella  y la colocaremos boca abajo, “clavada” en la tierra, para que poco a poco vaya suministrando agua a la planta, y por lo tanto, que se retenga la humedad. Cuanto más grande sea la botella, más tiempo durará.

Pondremos una botella en cada maceta o jardinera para así asegurarnos de que todas nuestras plantas tendrán agua suficiente y seguirán cuidadas.

Otro truco parecido al de la botella pero un poco más sofisticado son los conos de arcilla. Se trata de unos conos dosificadores que se enroscan a la botella y se clavan en la tierra para dosificar el agua. Igual que en el truco anterior, la botella quedará boca abajo, enroscada en el cono, y permitirá que gota a gota caiga el agua y la tierra se vaya humedeciendo. La diferencia al truco casero se encuentra en el material del cono, la cerámica, que con sus cualidades micro-porosas, garantiza que el agua se dosifique mejor.

Estemos o no en casa, las plantas necesitan agua de calidad

Mediante estos trucos para regar nuestras plantas durante las vacaciones, evitaremos que la falta de agua las pueda dañar. Con el calor y el sol del verano sufren más, por eso no descuidar su riego mientras estamos fuera es importante. No obstante, el agua de calidad, libre de cloro es también fundamental para sus cuidados. Por eso no debemos olvidarnos de utilizar siempre agua limpia, tratada con sistemas de filtración. Estos sistemas también se pueden conectar a nuestra instalación de riego automático.

Ahora ya podemos hacer las maletas y empezar las vacaciones con más tranquilidad, sabiendo que nuestras plantas estarán bien hidratadas aunque no estemos en casa durante unos días.

 

MICROORGANISMOS BENEFICIOSOS EN LAS PLANTAS
Publicado 20 julio, 2016

Los microorganismos beneficiosos son una parte fundamental del suelo y de la alimentación de las plantas, y la esencia de los abonos orgánicos. Pero existe un enemigo para ellos: el cloro.

Estos diminutos organismos son especialmente importantes en el mantenimiento del ciclo de regeneración y nutrición del suelo. Su tamaño no debe engañarnos, ya que influyen directamente en la alimentación de las plantas, transformando los minerales de la tierra en comestibles para ellas. Además, los microorganismos beneficiosos del suelo no se encuentran sólo en los bosques o jardines, sino también en los sustratos, tierras y abonos que utilizamos para nuestras macetas y cultivos en casa.

Bacterias y hongos en las plantas: microorganismos beneficiosos mutuos

Dos tipos de microorganismos beneficiosos del suelo son las bacterias y hongos, que crecen cerca de las plantas para poder alimentarse de la materia verde de éstas, al mismo tiempo que ayudan a las plantas a conseguir el alimento que necesitan. En definitiva, se benefician mutuamente.

efectos microorganismos beneficiosos plantasLas bacterias son la forma de vida más primitiva del planeta, y su forma puede dividirse en tres categorías: esférica, en barra o espiral. Junto con los hongos, son los principales descomponedores de materia orgánica, por eso tienen un papel tan destacado en el ciclo del suelo. Y es que cuando las bacterias descomponen la materia orgánica de la tierra para alimentarse, ingieren componentes de carbono orgánico, nitrógeno y otros nutrientes. Cuando la bacteria muere, estos nutrientes se quedan en la tierra y se convierten en elementos asimilables para las plantas. Es el proceso que se conoce como mineralización.

Otro ejemplo de microorganismo beneficioso son las micorrizas, un tipo de hongo que los cultivadores incluyen en los abonos para proteger las raíces de las plantas frente a posibles enfermedades y para garantizar una mejor absorción de nutrientes. De forma natural, las micorrizas y las plantas mantienen una relación de simbiosis, ya que se benefician mutuamente para conseguir alimento.

Además de influir en la alimentación de las plantas, los microorganismos beneficiosos se utilizan también para acabar con determinadas plagas. Mediante los llamados Extractos de Microorganismos, como Bacillus Thuringiensis para matar gusanos, o Oidio Prot para eliminar el Oidio de las hojas, los cultivadores protegen a las plantas de diversas patologías.

Abonos orgánicos y microorganismos beneficiosos

Los cultivadores conocen la importancia de los nutrientes para las plantas. Un sustrato rico en nutrientes asimilables por ellas y que estimule su crecimiento es básico, por eso utilizan los abonos o fertilizantes de calidad.

Los microorganismos beneficiosos son una parte fundamental de los abonos orgánicos. Estos compuestos ayudan a mejorar el sustrato, enriqueciéndolo, y aumentan la acción de los microorganismos beneficiosos, que transformarán mejor y más rápido la materia orgánica en elementos comestibles para las raíces de las plantas.

El cloro, el enemigo

No obstante, a pesar de los beneficios que comportan estos microorganismos del suelo, existe un enemigo para ellos… El cloro, y especialmente en verano, cuando a las redes de agua municipales se añade más cloro para contrarrestar los efectos del calor. Y es que con el calor aumenta la posibilidad de proliferación de virus y bacterias en el agua, y para eliminarlas, el cloro es el químico más efectivo.

De igual manera que el cloro elimina las bacterias del agua que podrían afectar al cuerpo humano, regar con agua clorada también puede matar a los microorganismos beneficiosos que conviven con la planta, y que encontramos en cualquier suelo en el que cultivemos, ya sea en maceta o tierra.

Por ello, la mejor forma de proteger los efectos de los microorganismos beneficiosos en nuestras plantas es eliminando el cloro del agua. Además evitaremos que éste queme las raíces y protegeremos los abonos.

Para conseguir un agua sin cloro, se utilizan los cartuchos de carbón activado en bloque de alta capacidad, los cuales están incorporados en todos nuestros sistemas de tratamiento de agua, diseñados exclusivamente para hidroponía y jardinería.

Ahora que conoces mejor los efectos de los microorganismos beneficiosos ¿seguirás regando con agua con cloro?