Filtros de agua para cultivos hidropónicos y el riego de plantas y jardines

EL pH ACIDO
Publicado 1 junio, 2020

El pH ácido en el agua suele ser un problema muy común para la mayoría de cultivadores. Ya que aunque el pH 7 se considera neutro (ni ácido ni alcalino), no es el pH óptimo para las aguas de riego. El rango recomendado de pH del agua de riego para el cultivo depende de la variedad que se vaya a plantar. En general, el pH correcto para el riego oscila entre 5.2 y 6.8. Si el pH de tu agua está por encima de 7, entonces estás usando agua con pH ácido y puede que necesites realizar un tratamiento previo antes de usarla. El pH es la medida de la concentración de iones de hidrógeno de una solución (cuán ácida o alcalina es) y varía de 0 (el valor más ácido) a 14 (el valor más alcalino).

En la mayoría de lugares el agua del grifo contiene cantidades sustanciales de calcio (Ca) que le otorga su característica dureza. Estos niveles de calcio pueden provocar varios problemas, los cuales pueden aliviarse realizando algún tipo de tratamiento previo del agua.

ABLANDAMIENTO DEL AGUA

Hay varios métodos para ablandar el agua y lo más seguro es mediante la utilización de un sistema de ósmosis inversa, que elimina por completo el calcio y el bicarbonato. Para la horticultura, el bicarbonato de calcio se neutraliza mejor añadiendo pequeñas cantidades de ácido concentrado al agua. La ósmosis inversa ni cambia ni altera el pH, este seguirá siendo el mismo aunque eso sí, bajará la EC eliminando la mayoría de sedimentos y sobretodo, el cloro del agua.

CONSECUENCIAS DE REGAR CON UN PH ACIDO

  • La disponibilidad de micro-nutrientes como el hierro (Fe), el manganeso (Mn), el zinc (Zn), el cobre (Cu) y el boro (B), y el crecimiento de las plantas, pueden verse reducidos drásticamente usando un valor de pH ácido.
  • Un pH ácido en el agua puede provocar que las sales que los fertilizantes contienen y con los que llenar los depósitos de almacenamiento, precipiten (cristalicen).
  • El agua con un pH ácido también puede reducir la eficacia de los insecticidas. Ya que la mayoría de ellos mantienen sus propiedades activas por más tiempo en soluciones con un pH bajo.
  • Gran parte del calcio disponible lo hace en forma de bicarbonato de calcio, que se puede precipitar tanto en el fondo de los depósitos, diferentes partes de la planta (tronco, raíces, follaje) como en diferentes herramientas (macetas, bandejas, tijeras) y accesorios (humidificadores).
  • El uso continuo de agua dura para el riego también puede llevar a una acumulación de cal en el sustrato. Es un problema propio de muchos invernaderos de temporada larga en los que la acumulación de los riegos lleva a una acumulación de un pH alto en el suelo.
  • Muchas especies de viveros son sensibles a la cal y a la acumulación del pH en el suelo, pudiendo resultar ser muy dañinos.
  • Usando agua ácida en los humidificadores puede provocar la aparición de una capa blanca en las superficies de las hojas, reduciendo la fotosíntesis.
  • También es muy típico el bloqueo de tuberías y boquillas en los sistemas de riego automáticos e hidropónicos.

 

 

LA ALCALINIDAD

La alcalinidad es la capacidad del agua para neutralizar los ácidos. Los bicarbonatos disueltos como el bicarbonato de calcio, el bicarbonato sódico y el bicarbonato de magnesio, junto con los carbonatos como el carbonato de calcio, son los principales contribuyentes a la alcalinidad en el agua de riego. La mayoría de los laboratorios asumen que el total de carbonatos (TC) es igual a la alcalinidad, pero en realidad en la mayoría de las aguas, los bicarbonatos representan mas del 90% de toda la alcalinidad presente. Para estar seguro, lo mejor es realizar un análisis de agua y ver si se muestra el total de carbonatos en porcentajes o en cifras separadas para cada elemento.

ACIDIFICACION DEL AGUA

Añadir la cantidad correcta de ácido, hará que el pH del agua se pueda reducir. Si te encuentras en una zona con agua dura y decides acidificar el agua, es posible que tengas que disminuir la cantidad de calcio de tu mezcla de cultivo para que coincida con los nuevos niveles de alcalinidad. Si baja el pH, es posible que debas aumentar el contenido de calcio.

El ácido nítrico concentrado (60%) también proporciona algo de nitrógeno (N). Por cada 100 ml de ácido nítrico concentrado que se añade a 1.000 litros de agua, se están suministrando 22 mg/l de nitrógeno. A partir de una serie de muestras de agua dura analizadas, se encontró que la cantidad de ácido necesaria varía entre 50 ml y 200 ml de ácido nítrico concentrado por cada 1.000 litros de suministro de agua.

Es esencial pues evaluar con precisión la cantidad de ácido necesaria en cada caso. Si se añade una pequeña cantidad de ácido por encima de lo requerido, el pH del agua se convertirá en muy ácido. La cantidad de ácido requerida se evalúa mejor por el proceso de valoración. Utilizando el gráfico como ejemplo, una muestra de agua que contiene 100mg/l de calcio requiere 275 ml de ácido nítrico concentrado para llevar el pH a 5.9.

NUTRIENTES A PARTIR DE ACIDOS

Aparte del ácido cítrico, algunos ácidos utilizados para la acidificación del agua también suministran nutrientes en combinación con el hidrógeno. El nutriente suministrado puede ser beneficioso para el crecimiento de las plantas (siempre que no se realice en exceso) pero también puede reaccionar con las sales contenidas en fertilizantes con una alta concentración o con pesticidas, si se mezclan en soluciones para pulverización.

También deberás ajustar el plan de nutrientes si tu agua está siendo acidificada. Por ejemplo, si se va a utilizar ácido fosfórico, reducir los niveles de fósforo (P). Si el resultado es un agua muy alta en alcalinidad, no es factible acidificar con ácido fosfórico.

Si utilizas ácido nítrico, hay que tener en cuenta el nitrógeno adicional suministrado a partir del ácido. El uso de ácido nítrico (67%) para acidificar un agua que contenga 6,0 mS/l de alcalinidad suministraría 67mg/l de nitrógeno en cada riego.

El ácido cítrico es ideal como acidificador para soluciones de nutrientes y soluciones de pesticidas porque es mucho menos probable que reaccione con sales o pesticidas que los otros tres ácidos. Aunque es mucho más seguro de usar, su coste puede hacerlo menos deseable para el cultivo en grandes extensiones.

SALUD Y SEGURIDAD

Los ácidos concentrados son productos químicos peligrosos y siempre deben manipularse con cuidado. El personal que trabaja con ellos debe estar adecuadamente capacitado, tener todo el equipo de protección personal necesario y trabajar idealmente en parejas. Los respiradores y las mascarillas faciales son recomendables ya que los humos y vapores que se desprenden pueden presentar un verdadero peligro para la salud. Los fabricantes de ácidos proporcionan en las etiquetas las hojas de datos de seguridad de sus productos. Por eso, las personas que lo vayan a usar deben familiarizarse con los detalles de cada uno.

Agregar siempre ácido al agua, no agua al ácido. El agua acidificada es corrosiva y puede devorar los componentes metálicos de tu sistema de riego en un abrir y cerrar de ojos.

COMO ESTABILIZAR LOS NIVELES DE PH DEL AGUA PARA REGAR
Publicado 28 noviembre, 2016

El pH indica el grado de acidez o de alcalinidad del agua a partir del cálculo de la concentración de iones de hidrógeno. Los ácidos fuertes tienen altas concentraciones de iones de hidrógeno, y los ácidos débiles tienen concentraciones bajas. Las plantas, como las personas, tienen variaciones de pH, pero sin el valor adecuado pueden verse expuestas a problemas de salud como plagas o virus, que influirán en su correcto crecimiento. Estabilizar los niveles de pH del agua, nos ayudará a obtener unas plantas más sanas y fuertes.

Para entender el pH es importante tener en cuenta la acidez. La cual determina la capacidad de absorción y solubilidad de muchas sustancias nutritivas. El pH varía de 0 a 14, de manera que un agua con un valor de pH inferior a 7 se considera un agua ácida, mientras que una con un valor superior a 8, se considera un agua alcalina. Un valor de pH de 7 se considera neutro.

Niveles de pH del agua

Los niveles de pH del agua con la que regamos, alteran también el pH del sustrato. El pH del agua del grifo acostumbra a ser en la mayoría de zonas superior a 7, especialmente en los núcleos urbanos, ya que contiene más cal. El valor recomendado para cualquier tipo de cultivo, varía entre 6,5 y 7,5. Por lo que un valor mucho más bajo o elevado puede ser perjudicial para las plantas.

Con un pH demasiado bajo (por debajo de 4), y por lo tanto más ácido, las raíces de las plantas pueden quedar dañadas. Por otro lado, algunos nutrientes se disuelven más fácilmente con estos valores de pH y son absorbidos por la plantas con mayor facilidad, hecho que puede provocar un exceso de absorción de aluminio y hierro, y carencia de otros componentes esenciales como magnesio, potasio o fósforo.

Con un pH bajo, los metales pesados pueden llegar a causar necrosis a las plantas, ya que son absorbidos también en mayor cantidad.

Un agua con un pH alto también tiene efectos dañinos para las plantas, ya que con más alcalinidad, los nutrientes en general no se disuelven tan fácilmente. Esto puede provocar deficiencia de nutrientes en las plantas y por lo tanto, problemas en su desarrollo (plantas que no crecen, hojas que no llegan a salir…)

Cómo estabilizar los niveles de pH

Mediante un medidor de pH podemos medir la concentración de hidrógenos presentes en el agua. Una vez conozcamos el valor del pH que tenemos, podremos regularlo mediante determinados productos ácidos/alcalinos, los cuales añadiremos a la solución de nutrientes que les damos a las plantas.

Aunque una solución muy cómoda es usar agua osmotizada para regar ¿por qué?

El agua de ósmosis tiene un pH de 6,5 aproximadamente. Si usamos este tipo de agua, sabremos cual es siempre nuestro nivel de pH, lo que nos ayudará a la hora de regar nuestras plantas. Además de tener siempre el mismo valor de pH, tendremos un agua libre de químicos (sin cloro), sales y metales pesados, es decir, con una EC baja. Usando un agua de calidad nos garantizaremos unas plantas más sanas y protegidas de posibles enfermedades y problemas de crecimiento.

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